El 95% del tejido productivo de nuestra provincia lo componen las pequeñas empresas, y son las que peor lo están pasando. En 2024 se perdieron casi un 6 %, y también se redujo el número de autónomos en Valladolid. A pesar de estos datos negativos, el año se ha cerrado favorablemente, según la CEOE, gracias especialmente al sector de la industria y de la automoción.