Quinta de abono en la Feria de Salamanca que deparó la quinta puerta grande de La Glorieta, que consiguió abrir Alejandro Talavante al cortar una oreja a cada uno de su lote. Tarde de lleno en la plaza en el cartel de la expectación, que dejó buenos pasajes de Emilio de Justo, emborronados con la espada, mientras que Roca Rey salió a pie sin poder exprimir a ninguno de sus dos ejemplares.