Agosto es un mes marcado por la astronomía. Pero además de las famosas lágrimas de San Lorenzo, este año en Salamanca es especial por una circunstancia única. Se vuelve a producir la alineación planetaria que en 1475 pintó Fernando Gallego en la bóveda de la Biblioteca de la Universidad. Para celebrarlo, nada mejor que una serie de maratones de observación.