Ahora que se acerca la Navidad, muchos pedirán a los Reyes nuevos dispositivos electrónicos, pero para el medioambiente, esa continua renovación de móviles y ordenadores es perjudicial. Hablamos de un gran desperdicio de energía, de materias primas y, sobre todo, de dióxido de carbono. Pero eso, podría revertirse