La venta ambulante es una de las profesiones más universales y más antiguas del mundo. Una profesión que suele heredarse, que se aprende en familia y que, a juzgar por la alegría con la que los vendedores reclaman a la clientela, da muchas satisfacciones. Nati es de Valladolid y, entre otras localidades, se instala cada miércoles, desde hace más de 30 años, en el mercadillo de Íscar. Asegura disfrutar con su trabajo, con el trato de la gente a pie de calle, con el asesoramiento a sus clientas y con el buen ambiente que en general se vive en los mercadillos.

Como ella, son muchos los vendedores que ejercen su profesión de manera ambulante, instalándose cada día en una plaza o recorriendo varios pueblos en una misma jornada. Conocen a sus vecinos desde hace décadas y cumplen con una labor social que sus clientes saben agradecer bien. Son muchas las personas mayores que no tienen posibilidad de comprar por internet o de desplazarse a localidades más grandes y para las que estos vendedores son la única oportunidad de adquirir ciertos productos.