La archivera de la RAE nos enseña el supuesto hueso del cráneo del Cid Campeador que lleva allí desde hace 1968. El hueso tiene 69 milímetros de largo por 57 de ancho y según el estudio arqueológico pertenecería a un hombre de unos 50 años. Fueron expoliados por los franceses durante la Guerra de la Independencia en el Monasterio de San Pedro de Cardeña, Burgos.

Los senadores napoleónicos se los llevaron a Francia y ahí comienza su dispersión: "En Polonia, República Checa, Francia y España. Cuatro países tienen los huesos de Rodrigo Díaz de Vivar", indica Ana Fernández, autora de 'Los huesos del Cid y de Jimena'. 

La operación retorno la tuteló Camilo José Cela cuya correspondencia se guarda también en la Real Academia Española, que en un primer momento quiso devolverlo a Burgos. El Ayuntamiento les dijo que la tumba no iba a volver a abrirse. La insistencia de Cela fue clave para que finalmente reposara en la RAE.