Castilla y León Televisión
Los ganaderos se defienden de quienes les acusan de contaminar con datos. Dos proyectos del ITACYL y las universidades de León, Salamanca y Extremadura recopilan datos sobre la sostenibilidad de las explotaciones. Se hará un seguimiento de las vacas con dispositivos digitales que se traducirá en datos que demuestren su bienestar animal. A través de un código QR el consumidor podrá comprobar en el móvil si la carne que come se produce de forma respetuosa y segura.
Las vacas emiten gas metano a través de sus flatulencias, pero son menos contaminantes que producir carne sintética en los laboratorios: "El metano en la atmósfera dura 10 años", indica Juan José García, jefe de la Estación Tecnológica de la Carne. Algunas granjas reducen esos gases cambiando la alimentación con paja por un heno más digestible.
Raúl, ganadero en Vitigudino, Salamanca, compensa esas emisiones con la cría en extensivo, en el campo. "La gente no sabe que nosotros también contribuimos al secuestro de la huella de carbono, manteniendo las fincas limpias o arreglando árboles". En la dehesa las vacas beben agua de lluvia y con su presencia conservan la naturaleza.
El veterinario de la Cooperativa Ganadera Dehesa Grande, Antonio Sánchez, considera que no se está contando la realidad y "es una ficción dirigida que está invirtiendo en productos ultraprocesados". Ahora esto lo traducen en datos para contrarrestar la desinformación. Los ganaderos se alían con el ITACYL y las universidades para defenderse a través de la pantalla.