En Arévalo se celebra mercado los martes, pero cualquier día de la semana se puede visitar su rastro de antigüedades, unas instalaciones de más de 2.000 metros en las que se pueden encontrar innumerables objetos antiguos, muchos de uso cotidiano y algunos otros con cierto valor artístico. Pertenece a la familia de Rocío, a la que también es frecuente ver visitando los puestos de objetos antiguos del mercadillo, y generación tras generación han conseguido una de las colecciones más amplias de Castilla y León y seguramente de España.
Máquinas de escribir, muebles, herramientas de trabajo, máquinas de coser y de escribir, objetos de decoración y muchas otras piezas que otros coleccionistas depositan en este almacén a cambio de una comisión si alguien los compra. El rastro de Arévalo ofrece además la posibilidad de reparar o reinventar las piezas que se adquieren en sus talleres de restauración.