Vuelven con el "objetivo cumplido" desde Ucrania y ya se dirigen hasta Paredes de Nava en Palencia. José Luis Cosío y Enrique Martínez hablan emocionados mientras cuatro mujeres y tres niños ucranianos duermen en dos coches que ya han llegado a Alemania desde Nuremberg, por ahora, en un viaje de cinco horas: "Volvemos con la tristeza de lo que hemos visto, pero con esperanzas de seguir ayudándoles", nos cuentan en Cuestión de prioridades. 

Aseguran que esto no hubiera sido posible sin tener la ayuda de las familias ucranianas de la localidad palentina, "los de allí llaman a los de aquí para contarles cómo será su vida a partir de ahora". En cuanto lleguen a Paredes de Nava tendrán una casa donde vivir, habilitada por el Ayuntamiento, y también posibilidades de empleo porque, nos dicen, han recibido "varias ofertas de trabajo para ellos". 

"Esto no es fácil, aquí no puede venir cualquiera". Recomiendan que los ayuntamientos se planifiquen con tiempo y, sobre todo, contacten con ucranianos, por el problema del idioma y con las plataformas que tienen en la zona, "para saber cómo está la situación".  

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