Se apagan las luces y comienza la magia del proyector. "Están emocionados, les gusta volver a tener contacto con el cine y les gusta ver las películas con sus compañeros en el aula", afirma la tutora de Primaria del CEIP Alonso Berruguete en Valladolid, Rosa Elena Ferrero.

Porque el cineclub es mucho más que una película en una pantalla. Es vivir una experiencia junto a otros y después debatir con diferentes puntos de vista.

"Creemos que es importante que los niños aprendan a expresarse, a entender el lenguaje audiovisual y aprendan a respetar las ideas de los demás", explica la directora de Las Espigadoras-Aulafilm, Helena Fernández.

Por unas horas, el colegio se convierte en un cine de toda la vida con una cartelera a la que normalmente no tienen acceso. "El catálogo es muy amplio y no comercial. No es el cine que habitualmene se encuentran los niños en las salas de cine a las que ahora tampoco pueden casi asistir", asegura Rosa Elena Ferrero.

El Covid no ha podido con los cineclubes escolares. En el estado de alarma, los alumnos continuaron con la actividad a través de su tablet u ordenador. "La verdad que sí que se pudo ver cada uno en casa y luego comentarlo a través de las redes del colegio", apunta el director del CEIP Alonso Berruguete de Valladolid, Juan Carlos Hererro.

"Siguieron realizando reflexiones, debates, y diferentes actividades para desarrollar su creatividad" afirma la coordinadora editorial y pedagógica de Aulafilm, Marta San Vicente.