Castilla y León es una tierra solidaria y lo ha demostrado en numerosas ocasiones. Un ejemplo muy cercano lo tenemos en el Colegio La Inmaculada de la localidad salmantina de Armenteros. Hace pocos días llegaban hasta allí más de 80 niños procedentes de Ucrania, casi todos con necesidades especiales y acompañados por un equipo médico, psicológico y pedagógico de 17 personas. Vivían en un orfanato en Mariúpol, Ucrania, que ha quedado destruido por los bombardeos masivos de Rusia. Gracias a la labor de la Fundación Madrina y al Padre Ángel están a salvo en esta localidad, tras ser trasladados en un avión militar de la UME.

El director del colegio de La Inmaculada en Armenteros, Salamanca, Blas Rodríguez, recuerda cómo surgió la idea de acoger a los niños ucranianos. "El Padre Ángel se puso en contacto conmigo y con la Fundación Madrina, se presentaron en el pueblo, y ya estaba hecho". Asegura que los 87 niños ucranianos se están adaptando muy bien a su nuevo hogar. En el centro conviven otros niños de distintas nacionalidades, y la convivencia, asegura el director,  "no va a ser ningún problema" entre los chavales que ya conviven porque "están muy acostumbrados", asegura el padre Blas.

La previsión es que estos niños, la mayoría ya han sido censados, se queden un largo tiempo en el municipio. "Si les han bombardeado el orfanato  suyo, no tienen donde ir", lamenta.

Por último, el padre Blas Rodríguez agradece toda la solidaridad que están recibiendo, y pide la colaboración de todos para sufragar los costes del colegio con cerca de 200 convivientes.  "La ayuda económica es vital para poder tirar para adelante porque nuestra economía es muy pobre, y andamos todos los días arañando como podemos", concluye.