El complejo nombre de perfluorooctano define al compuesto que se utiliza en las intervenciones por desprendimiento de retina, pero ahora sabemos que algunos de ellos resultaron no ser inocuos, contenían muchos contaminantes.
María José es víctima de uno de estos productos, su ojo izquierdo ha quedado totalmente destrozado. Su caso no ha sido reconocido, pero en España oficialmente se reportaron más de un centenar de casos de ceguera a la Agencia Española del Medicamento, por lo que el Ministerio decidió que el Instituto de OftalmoBiología Aplicada, más conocido como IOBA, investigase más a fondo uno de estos productos.
Este compuesto tenía su origen en Alemania y tras recibir estas alertas, su fabricante decidió publicar un publireportaje cuestionando la praxis de los médicos españoles, lo que provocó un punto de inflexión, ya que el IOBA logró demostrar que ese fármaco suponía un gran peligro.
Las personas que fueron operadas con esos compuestos sufrirán siempre sus consecuencias, sus daños irreparables. Desde aquel momento, María Jesús ha tenido que aprender a convivir con dolores que no mitigan las pastillas y también ha tenido que renunciar a su amada profesión, la enfermería. Lo único que la ánima es pensar que casos como el suyo sirvieron para impulsar el endurecimiento del reglamento europeo para productos sanitarios.
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