Clunia Sulpicia, la que fuera convento jurídico en tiempos de los romanos y epicentro administrativo de media Hispania, y una de las ciudades más prósperas, en la que Sulpicio Galba se enteró de que era nuevo emperador romano. Poco queda, si no es en el aire de su memoria, de aquella próspera ciudad, de su teatro, de su foro, de sus termas, que todavía hoy imaginamos en el alto de Castro, sobre una planicie que mide más de 150 campos de fútbol.
Su teatro, el teatro romano de Clunia, se mantiene vivo gracias a que sobre su escenario siguen escuchándose voces y música, y la palabra de los actores. Tienen el mejor altavoz, la acústica de la arquitectura romana. El teatro de Clunia sobrecoge. Su emplazamiento es impresionante. Por tanto, Clunia debe ser uno de esos yacimientos romanos, lugares arqueológicos, destinos culturales obligados.