SALAMANCA

Miranda del Castañar

Es imposible comprender este bello pueblo sin tener en cuenta su pasado histórico vinculado al Conde Miranda, algo que lo singulariza respecto a los demás pueblos serranos. Con éstos comparte un mismo marco geográfico y similares aprovechamientos tradicionales del territorio basados en el cultivo de productos leñosos mediterráneos (vid, olivo, frutales, etc). El hábitat también es similar: casas apiñadas construidas con la técnica tradicional de la tramonera formando calles muy estrechas, aunque con la particularidad de dibujar una trama urbana con forma de espina: hay una calle principal (C/Derecha) situada en parte alta de la que parten perpendicularmente ladera abajo el resto de las calles. 

Lo que distingue a Miranda es un pasado que todavía se refleja en su presente: un pasado de poder y dominio del territorio circundante que pudo empezar en el S.XIII y que alcanzó su culmen con la institución del Condado de Miranda en el S.XV y su posterior desarrollo. Esto puede explicar su emplazamiento en lo alto de un promontorio excavado por los ríos Francia y Benito (el resto de pueblos se asientan en general sobre las laderas), con una función de posición defensiva de dominio, control y vigilancia de las tierras del condado sobre las que tenía jurisdicción, que era prácticamente sobre todos los municipios de la sierra. Su Administración generó numerosos cargos (en 1752 había 6 escribanos y 7 procuradores) que atraía a numerosas familias nobles que disfrutaron de esos cargos y privilegios. Su poder y posición se exhibía en los escudos nobiliarios de las casas (hasta 43 blasones se han contado) y en las propias casas de granito que aún se conservan como la del Escribano, la de los Tejeda, Ledesma, etc). Si a ellos se añaden el Castillo(S.XV), la muralla con sus cuatro puertas medievales, el camino de la ronda, la alhóndiga, la Iglesia, la Torre, la Plaza de Toros... y la bien conservada arquitectura popular resuelta, lógico que la Villa fuera declarada Conjunto-Histórico-Artístico ya en 1973. 

Todo ello gracias al buen criterio de sus habitantes que han sabido valorar y conservar este gran patrimonio a la vez que unas antiguas y originales costumbres y tradiciones (el traje serrano, las candelas, las relaciones, etc) para cuyo disfrute ponen a disposición del visitante una variada oferta de servicios turísticos de calidad