Localizado en el valle del Valderaduey, en el kilómetro 236 de la A-6. Destaca por su riqueza cerealista, la cabaña de ovino y la producción de quesos.
El municipio es atravesado por el río Valderaduey y por el río Navajos (o arroyo Bustillo o Ahogaborricos) que desemboca en el anterior en un punto cercano a la villa.
La gran riqueza histórica del pueblo se evidencia en la multitud de monumentos que esconden sus calles. Destacan entre ellos los restos de las imponentes murallas - y fortificaciones —hoy tristemente desaparecidas en la mayoría de su trazado— de las que sin embargo se conservan dos de las puertas monumentales, ‘la puerta de San Andrés’ —la emblemática ‘Puerta Villa’— y la ‘puerta de Santiago’, así como el ‘castillo de los Velasco’.
Igualmente debe ser destacada la ‘iglesia de Santa María la Antigua’ -(último cuarto del siglo XII), en ruinas desde 1933 y monumento histórico-artístico nacional desde 1935, de la que se mantiene el majestuoso conjunto de la cabecera triabsidial, la potente torre del campanario (realizada sobre el lienzo de la muralla), y restos de sus muros y pilares, así como de sus pretiles (espacio singular del pueblo conocido como ‘los Petriles’), que evoca la 'Porta Nigra' de Trier (Tréveris) en Alemania, y la iglesia de san Tirso en Sahagún (León).
Dentro de los grandes monumentos del pueblo debe ser nombrada la gran ‘Plaza Mayor’, de más de 2.000 m², espacio rectangular porticado que incluye el ‘Ayuntamiento del municipio’.
De gran interés son el «convento de San Antonio de Padua» (de Clarisas), el ‘hospital del Espíritu Santo’ y las iglesias de ‘San Nicolás de Bari’ (último cuarto del siglo XII), arruinada en 1989 y reconstruida en la actualidad, ‘San Pedro’, fundada en el último cuarto del siglo XII, de cuya construcción sólo resta el muro del altar y los inicios de la espadaña (originariamente una torre-campanario de la muralla, como la de Santa María), construida en su mayoría, sin embargo, poco después, durante el primer cuarto del siglo XIII, el monasterio de San Lorenzo, probablemente del primer cuarto del siglo XIII, situado extramuros, arruinado totalmente sólo conserva la torre de su iglesia, quizá obra defensiva del último cuarto del siglo XII y, finalmente, ‘San Miguel’, en ruinas aunque con restos de su espadaña y naves.
Los días 15 y 16 de agosto se celebran las fiestas patronales de San Roque, con uno de los encierros de toros por el campo más antiguos de España.
El 8 de diciembre tiene lugar la fiesta de la Inmaculada, celebrada con una gran hoguera.