Más allá de su valor artístico, la catedral de Burgos puede presumir de mantener vivos los mismos oficios que permitieron a este templo convertirse en Patrimonio de la Humanidad. Una legión de profesionales que se encargan de mantener al día la centenaria estructura que combina piedra, madera y vidrio. Desde el jefe de mantenimiento, hasta maestros canteros y vidrieros, pasando por aparejadores y archiveros. Todos ellos forman un equipo invisible que 800 años después son los herederos de quienes construyeron la Iglesia de Santa María.
Otros temas:
- Un sistema innovador permite en la Catedral de Salamanca contemplar un retablo que durante cientos de años estuvo tapado por otro en la Capilla de Santa Bárbara.
- En Segovia, un enterramiento real custodia el cuerpo del infante Don Pedro, que murió siendo un niño, según la leyenda tras caer desde una ventana del Álcazar de Segovia.