En este capítulo son protagonistas algunos de los vendedores más veteranos del mercado de Villadiego, una localidad burgalesa que da servicio a casi un centenar de poblaciones de la comarca y que por eso vive esos días de mercado casi como días de fiesta. Allí acude Marian, artesana del cuero, Ramón con sus antigüedades o José, que vende los libros que escribe junto a su hermano. La panadería Morales suele estar abarrotada, porque el día de mercado es el día en que elaboran sus famosas tortas de aceite, e incluso los museos de la zona, de los que se encarga Celia, también están abiertos. El más concurrido es el dedicado al Geoparque de Las Loras, donde se pueden ver huellas reales de dinosaurios.