Los centros de salud de Castilla y León ya han empezado a vacunar a la población diana contra el COVID-19 y la gripe. Son dos pinchazos, uno en cada brazo, dirigidos a mayores de 60 años, personal sociosanitario, embarazadas y población vulnerable. Este año, como novedad, también es recomendable que se la pongan los fumadores y los niños de entre seis meses y cinco años.
"No duele nada"
Ha habido mucho movimiento durante este primer día de la campaña de vacunación. Cientos de personas ya se han vacunado en la comunidad. Es el caso de José María Nieto, un médico jubilado que se la pone todos los años, dice que el pinchazo "no duele nada" y que "debe ser más doloroso morirse", por eso nunca lo duda y recurre a la vacunación, al igual que Julia, una vecina de Valladolid que se la pone porque así "no tengo catarros o, si los tengo, ni me entero", dice.
El personal sociosanitario también es parte de la población que debe inocularse estas vacunas, sobre todo porque están en contacto "con personas muy vulnerables, como pacientes oncológicos", lo hacen "por el bien común, para no contagiarles a ellos", explica Ana Martín Guerra, enfermera del Centro de Salud Casa del Barco, en Valladolid. Guerra explica que a lo largo de la mañana ha habido "bastantes pacientes" algo que interpreta como "una buena noticia".
En otras zonas de Castilla y León, como León, ya se ha vacunado "al 40% de residentes y de personal sanitario", ha dicho este mediodía la directora de enfermería de Atención Primaria, Ana María Ribero.
Es un año con novedades en cuanto a la población diana, dado que, por primera vez, se incluye "a los fumadores y, además, a los niños de hasta 59 meses de edad", explica Alfredo Lombardero, portavoz de enfermería de El Bierzo. Hay madres que cuentan a Castilla y León Televisión que van a vacunar a sus hijas "por recomendación del pediatra" y fumadores que se lo están pensando tras hablar con sus médicos.
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