César Mata / Valladolid
El joven novillero cuellarano Javier Herrero se recupera satisfactoriamente de la grave cogida sufrida el pasado sábado en la plaza de toros de Las Ventas, en Madrid. Acudía Herrero al coso venteño, en uno de los carteles de la Feria de Otoño, tras triunfar en la novilladas nocturnas del verano, en la que había demostrado la desnudez, sinceridad y valor en su toreo.
Dentro de la dinámica de una novillada complicada, la del hierro madrileño de Montealto, de estirpe Domecq, saltó el cuarto a la arena, de pelo jabonero, romana sobrada y con defensas astifinas. El utrero ofreció un juego difícil, muy complicado.
El segoviano, que compartía cartel con Pablo Lechuga y Thomas Joubert, tras un primer aviso, dentro de una faena algo atropellada, fue herido de gravedad en el muslo izquierdo, con una cornada de trayectoria de 20 centímetros. En la propia enfermería de la plaza fue operado por el equipo del doctor García Padrós, siendo posteriormente evacuado a un centro hospitalario.
Esta cornada, que se une a los diversos percances y cogidas de los últimos meses, supone para Javier Herrero decir a adiós a la temporada 2009, una campaña en la que ha conseguido hacerse un nombre y triunfar en cosos de importancia, como el propio de Las Ventas y la feria cuellarana.
El parte médico de Javier Herrero es el siguiente: "Herida por asta de toro en tercio medio de la cara interna del muslo izquierdo con una trayectoria hacia dentro de 20 centímetros. Con destrozos en los músculos abductores, contusiona vasos femorales y bordea el fémur. Pronóstico grave que le impide continuar la lidia. Intervenido en la plaza bajo anestesia general y trasladado a la Clínica La Fraternidad".
FOTO: Cabrero/Burladero