Cuanto más suben las temperaturas, mayor es la probabilidad de que las personas acaben hospitalizadas por intoxicaciones alimentarias. Una investigación liderada por el Instituto de Salud Carlos III ha recogido que: por grado de más que supere los 34, los ingresos aumentan más de un 12%.
Las altas temperaturas también afectan a los alimentos. Por eso debemos tener especial cuidado cuando llega el verano para no romper la cadena de frío. "Con los productos frescos que podamos tener, que el trayecto desde el supermercado hasta a casa con estas temperaturas no superen a poder ser las 2 horas de trayecto", declara Óscar Herrero, chef de Formación en la Escuela Internacional de Cocina. Y tampoco hay que olvidar cómo debemos guardar los alimentos cuando llegamos a casa "La temperatura del frigorífico, pues más o menos ronde los 4 grados, el congelador a -18º", asegura Patricia González, auditora de seguridad alimentaria en ALS.
Los más delicados son los alimentos de origen animal, como por ejemplo los huevos. "En verano sí que es muy recomendable siempre meterlos en refrigeración", afirma Herrero. Pero también hay que tener mucho cuidado con las salsas, sobre todo las caseras, son muy sensibles a las altas temperaturas. “Si se hacen en casa el consumo debería ser inmediato. Son productos que no llevan tratamiento térmico”, cuenta González.
Aunque tampoco hay que olvidar las pautas que debemos seguir con los platos que ya están preparados. "Vienen con una etiqueta donde te explican todo tipo de ingredientes y dentro de esos pequeños tips también te viene como consumirlo. Si te pone realmente que le tienes que dar 6 minutos al microondas, lo suyo es que le des 6 minutos al microondas. Las instrucciones están para usarlas”, recalca Óscar Herrero.
Porque si no prestamos atención a las indicaciones que vemos en los productos, nuestra salud se puede ver perjudicada.
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