"Si el aislamiento domiciliario generó ansiedad a una persona normal, a nosotros nos la quintuplicó" es el testimonio de un usuario de ACLAD. Después de 30 años consumiedo drogas, en 2019 decidió ponerle punto y final a esa adiccion. Con la ayuda del equipo de esta asociación poco a poco va consiguiendo ese objetivo.
Admite que el confinamiento le generó inseguridad y define como "una luz al final del túnel" los recursos online que le facilitaron para que tanto él, como el resto de sus compañeros, pudieran continuar con sus terapias desde casa. Según una de las médicos de la entidad, Ana Beltrán, el aislamiento supuso un avance en la abstinencia de algunos usuarios ya que no tenían fácil acceso a las sustancias. Sin embargo, la desescalada hizo retroceder esa evolución.
El reto de asociaciones como ACLAD siempre irá más allá de tratar adicciones. La pandemia ha demostrado la importancia que tiene un acompañamiento constante.