A veces no recordamos noticias que han pasado recientemente, porque directamente se nos olvidan, pasan a un segundo plano, o porque las solapan otras nuevas. En plena era de la información, la saturación puede ser un arma política también. Por eso, en nuestras manos queda, profundizar en la información.

"Tenemos cada vez más impulsos que nos hacen desviar la atención... y en el momento que deja de tener interacción, baja y hay una nueva que se come a la anterior", comenta Sergio Pérez, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Burgos. Así se explica, dice el experto, que "cuando se habla de Begoña Gómez, el propio PSOE se encarga de ir sacando diferentes informaciones del PP o se encarga de presionar para renovar el CGPJ" .

Algo que los expertos empiezan a llamar "infoxicación" o lo que es lo mismo "estar sometidos a una intoxicación informativa, demasiados estímulos". Y es que nuestro cerebro funciona por impulsos, "que primero los percibimos por los órganos de los sentidos, esa información llega al cerebro a diferentes áreas y luego las organizamos con la corteza prefrontal", explica el psicólogo sanitario, David Cortejoso.

La solución: profundizar la información en lo que más nos interese y dejar de ser meros receptores de información.

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