La agencia de calificación crediticia Moody's ha rebajado en cuatro escalones el 'rating' de la deuda de Portugal, desde 'Baa1' hasta 'Ba2' con perspectiva negativa, lo que sitúa la calificación de Portugal en 'bono basura', debido al creciente riesgo de que la economía lusa necesite un segundo rescate, según informó en un comunicado.
La agencia cree que el país necesitará una segunda ronda de financiación oficial antes de que pueda volver a los mercados con unos intereses sostenibles en la segunda mitad de 2013 y advierte de que existe una mayor probabilidad de que se exija como condición para la misma la participación de los acreedores del sector privado.
En este sentido, constata que los políticos europeas están cada vez más preocupados por el canje de la deuda griega en manos de inversores privados, para compensar así el riesgo de que en el caso de que se produzca una reestructuración de la deuda en un futuro cercano no toda la carga recaiga en los acreedores del sector público.
Así, aclara que aunque la calificación de Portugal implica un riesgo de reestructuración "mucho menor" que en el caso de Grecia ('Caa1'), es importante la postura que mantenga la UE no sólo porque incrementa los riesgos a los que se enfrentan los actuales inversores, sino que también puede desalentar nuevos préstamos del sector privado y reduce la probabilidad de que el país regresos a los mercados pronto en condiciones sostenibles.
Objetivos de déficit
Por otro lado, tiene elevadas dudas de que la economía portuguesa sea capaz de alcanzar completamente sus objetivos de reducción del déficit (3% del PIB en 2013) y de estabilización de deuda acordados con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de la ayuda.
En este sentido, Moody's, que con esta decisión da por cerrado el proceso de revisión para una posible rebaja en el que situó la calificación de la deuda lusa el pasado 5 de abril, alerta de los "enormes desafíos" a los que se enfrenta el país para reducir el gasto, incrementar la recaudación de impuestos, lograr crecimiento económico y apoyar al sistema bancario.
Especialmente, la agencia se ha mostrada preocupada por la "dificultad" para implementar completamente los planes del Gobierno de recorte del gasto en sectores como la sanidad, las empresas públicas y los gobiernos locales y regionales. Si a este hecho se le añaden los planes para mejorar la recaudación de impuestos, podrían impedir la capacidad de las autoridades para reducir el déficit según lo previsto.
Además, Moody's cree que el crecimiento económico podría ser más débil de lo esperado, lo que también afectaría a los objetivos de déficit, en parte debido a la consolidación fiscal anticipada y el desapalancamiento del sector bancario.
Asimismo, avisa de que existe una posibilidad real de que el sector bancario luso necesite apoyo más allá del que actualmente se recoge en el acuerdo alcanzado con la UE y el FMI. "Cualquier inyección de capital en el sistema bancario del gobierno añadiría deuda adicional a su balance", incide.
Por otra parte, la agencia cree que la preocupaciones sobre la incertidumbre política de Portugal se han resuelto en gran medida tras las elecciones del 5 de junio y cree las medidas anunciadas a finales del mes pasado por el nuevo Gobierno demuestran su compromiso con el programa.