FIESTAS

Puerta grande para el Luque en una corrida brava

  • Los toros mostraron bravura en su más amplia y exacta expresión
  • Leandro, inseguro y sin comprometerse, fue volteado por el primer toro

Noticias relacionadas
Efe

Mala suerte la de los toros, a manos de toreros incapaces. Se habla siempre de los toreros en función del ganado, pero esta vez hay que invertir la oración, con los toros como protagonistas. Importante corrida la de Fuente Ymbro, con el corolario de un sobrero de Valdefresno también a gran altura.

Se cortaron tres orejas en la tarde, pero con méritos muy escasos. La importancia de las faenas estuvo en los toros, en los seis sin excepción.

Los de Fuente Ymbro, caso aparte el bonancible quinto, tuvieron su "carbón", sin embargo, con fijeza y obedeciendo siempre a "los toques", desplazándose largo y por abajo, sin comerse a nadie pero exigentes, permitiendo los oportunos desahogos y al tiempo dando importancia a las faenas. Bravura en su más amplia y exacta expresión.

Eso, en los "fuenteymbros" titulares. El sobrero de Valdefresno, ganadería que lidió hace dos días también una extraordinaria corrida en esta misma plaza, fue tanto o más, con mucha clase y temple, prontitud y viajes largos. Toro extraordinariamente bravo y noble al cincuenta por cierto.

Con este "material" "Finito" fue incapaz en todos los sentidos. Dejó que masacraran en varas al primero de corrida, que aún así regaló todavía embestidas en la muleta, con las que el hombre no fue capaz de ir más allá de los medios y espaciados pases.

En el cuarto, ni eso, el de Córdoba estuvo siempre fuera del toro, tirando líneas o, lo que es lo mismo, quedándose en las apariencias.

Leandro anduvo también inseguro sobre todo en su primero, sin terminar de comprometerse, tan despegado que al dejar un par de veces "la ventana" abierta (la muleta muy separada, o al revés, el cuerpo muy alejado del engaño), el toro le vio, acosándole como es su obligación.

No fue faena de premio porque no hubo encanto, ni técnica ni valor que lo justificaran. El hecho de matar a la primera animó al presidente, en el último momento, a sacar el pañuelo, a pesar de la escasa petición y cuando las mulillas ya habían enganchado para llevarse al toro.

Donde estuvo bien Leandro fue en el quinto, que aún sin andar sobrado de fuerzas fue un gran toro. Bonito recibo a la verónica y faena más enfibrada. Leandro toreó pausado, acompañando con la cintura, gustándose y gustando. Y aunque bajó el ritmo en la segunda parte del trasteo, si llega a matar a la primera hubiera cortado una oreja, o quién sabe al precio que estaban los trofeos.

A Luque se le fue lo que se dice "sin torear" su primero, por las prisas y la mala colocación. Fue faena de más envoltorio que contenido, por la cantidad de pases sin ton ni son, en realidad medios pases, muchos de ellos de latiguillo, abusando de las poses, muy marcada la figura, muy afectado, nada natural. Mató también de cualquier manera, y dio una vuelta al ruedo por su cuenta.

Ya con el bravo sexto, el importante toro de Valdefresno, se serenó Luque algo más. Pero fue el animal quien puso el temple para "calentar". Buenas intenciones por parte del torero, pero fue más, mucho más, la clase del toro. Luque terminaría buscando las cercanías sin haber rematado nada. Inexplicables las dos orejas que paseó.