Europa Press
El presidente de Egipto, Hosni Mubarak, ha declarado que está cansado de su cargo y que le gustaría dimitir, pero que no puede hacerlo: "Si dimito ahora, habrá caos".
Mubarak ha reconocido su hartazgo y ha dicho que está "triste" por los hechos acaecidos en la plaza Tahrir de El Cairo, donde se han enfrentado simpatizantes y detractores del régimen actual. "No quiero ver a los egipcios luchando entre sí", ha lamentado.
En este sentido, el veterano mandatario ha dicho que no le importa lo que la gente diga de él. "En estos momentos, sólo me preocupo por mi país. Me preocupo por Egipto", ha señalado Mubarak, que permanece junto a su familia en el palacio presidencial y bajo fuerte custodia militar.
Pese a las disputas de los últimos días, el presidente egipcio transmitió a su homólogo de Estados Unidos, Barack Obama, durante una reciente conversación que "no podía entender la cultura egipcia y lo que ocurriría" si dimite.
Tal y como hiciese en su discurso televisado del martes, Mubarak ha reiterado que no se ha planteado huir del país, ni antes ni ahora, y que morirá en suelo egipcio. Ha insistido en que no se presentará a las próximas elecciones y ha aclarado que "nunca" pretendió que su hijo Gamal fuese su sucesor.