La de matrona es quizás la especialidad más antigua de todas las que existen en enfermería. Hay otras seis a las que este personal sanitario puede acceder para ampliar su formación: salud mental, enfermería familiar y comunitaria, geriátrica, del trabajo, pediatría y médico-quirúrgica.
Tras cursar la diplomatura, quien quiera especializarse, tiene que realizar un examen a nivel nacional con unas plazas limitadas. La especialización puede durar entre dos y tres años y siempre está remunerada. Es una manera de profesionalizarse, de darle más calidad a tu trabajo. Pero esa profesionalización no se requiere en las bolsas de trabajo de los hospitales, donde siempre se ofrecen plazas de enfermeras generalistas.
Una tendencia que la Consejería de Sanidad quiere cambiar. Entre sus objetivos está que los distintos servicios de los centros hospitalarios estén formados por enfermeras especializadas. Porque la atención al paciente es mejor y el profesional está mucho más seguro en su trabajo.