Puntuación: 6/10
- Película: 'Ispansi' ('Españoles')
- Dirección: Carlos Iglesias
- País: España y Suiza
- Año: 2010
- Duración: 101 min
- Género: Drama.
- Interpretación: Esther Regina (Paula), Carlos Iglesias (Álvaro), Isabelle Stoffel (Ludmila), Doris Dragos (médico), Eloísa Vargas (Piedad), José de Felipe (tártaro), Bruto Pomeroy (Ángel), Isabel Blanco (Rosario), Iñaki Guevara (Jorge).
- Música: Mario de Benito.
- Fotografía: Tote Trenas.
- Montaje: Miguel Santamaría.
- Vestuario: Eva Arretxe.
- Distribuidora: Alta Classics.
"Una agradable sorpresa, por el tema y la manera en que fue tratado. Mi voto de confianza a Carlos Iglesias cara al futuro. Con más medios y experiencia me seguirá sorprendiendo, porque osa enfocar desde un prisma que se me antoja honesto."
Conocí esa Rusia de la que nos habla Carlos Iglesias en tiempos de Brejev, un poco más tarde de lo que cuenta su historia. En la Universidad Lomonosov de Moscú charlé una tarde entera con el hijo de uno de esos niños 'refugiados' en lo que fuera la Unión Soviética. Recurdo con emoción el brillo de sus pupilas cuando charlamos de nuestra España, que jamás conoció ni conocería. Hablamos de jamón y de 'manzanilla' (la de Sanlúcar de Barrameda, no la infusión para las marujas). Del sol, del Mediterráneo con sus cortas olas, del tapeo en el Madrid de los Austrias, las gambas a la plancha en 'La Casa del Abuelo', los riñones con limón y el 'pescaíto' en adobo.
En aquellos tiempos los rusos hacían colas hasta para comprar cerillas, salvo en los almacenes para turistas en los que se pagaba en divisas (Berioskas). El 'Paraíso Soviético' era una pura engañifa.
Decía que me sorprendío la película y que incluso me entretuvo. Es un tema original, tratado con humanidad y con paisajes de cine. Nos habla de la naturaleza humana con sus imperfecciones, del hambre y del frío, de la solidaridad ante el peligro, y del amor de una madre a la que amar le fue prohibido.
La fotografía es buena (merci, Tote), el vestuario es (casi) exacto. El título tiene una falta. Se debería haber llamado 'Ispantsi' o 'Ispanski'. Era así como me decían cuando, recién llegado de la España con censura, perseguía a las jovencitas (a cual más rubia y fermosa) por la 'rodina' (patria) rusa.
He leído alguna crítica demoledora, lo que considero injusto. Es solamente la segunda entrega de Carlos Iglesias. Tiene valor y talento. Hay que ayudarle a progresar en lugar de sacudirle.
¿Qué le aconsejaría? Cositas como siempre simples: dejar la interpretación a los actores. En España los hay muy buenos y necesitan ganarse el sustento. Mi hermano Tony hubiera estado genial en el papel de Álvaro. Darle pan a los guionistas (si el argumento es interesante los diálogos son flojillos), no lo quieras hacer todo. Concéntrate en dirigir, que bastante falta hacía.
"Ángel, no se puede llamar Lenin a un perro". Es una de las mejores frases, y la explicación tiene miga. Los españoles somos capaces de todo.
Encontré cierto 'amateurismo' en la interpretación. ¿Falta de ensayos por falta de presupuesto? ¿Desbordado Carlitos en sus múltiples tareas? Pero me gustó el mensaje y su objetividad de enfoque. Porque los españoles somos así cuando vivimos fuera. Solidarios, respetuosos con nuestras diferencias, hermanos ante cualquiera que nos busque las cosquillas, lo que no siempre sucede cuando convivimos en el suelo en el que nos dieron teta.
¡Ánimo, Carlos! ¡Organízate mejor y persiste!