La Comisión de Seguridad Nuclear de Japón ha advertido de que existe la posibilidad de que algunas personas que se encuentran a más de 30 kilómetros de distancia de la central nuclear Fukushima-1, en el noreste del país, se vean expuestas a la radiación emitida por la misma a raíz del terremoto y el posterior tsunami del pasado 11 de marzo.
Aunque una persona se encuentre fuera de esa zona de 30 kilómetros de radio, podría haber recibido una radiación de 100 milisieverts o más del yodo radiactivo en su glándula tiroides si ha estado al aire libre, lo cual le podría generar problemas de salud, según el jefe de la Comisión, Haruki Madarame, citado por la agencia de noticias japonesa Jiji.
Las autoridades han recomendado a las personas que viven a una distancia de entre 20 y 30 kilómetros de la central que no salgan a la calle. Sin embargo, Madarame ha dicho en una rueda de prensa que no es necesario ampliar esa zona como consecuencia de las averiguaciones de la Comisión.
Mientras, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) ha indicado este miércoles que, aunque la situación en Fukushima-1, ha mejorado últimamente, en general sigue siendo "grave".
"Se han producido algunos avances positivos en relación con la disponibilidad de energía eléctrica (...), pero la situación en general sigue siendo motivo de gran preocupación", ha declarado un alto cargo de la AIEA, Graham Andrew, citado por la agencia Reuters.
Andrew ha agregado que las autoridades japonesas han comunicado a la AIEA que los niveles de radiación en la planta están disminuyendo y han pedido a dos prefecturas de la zona que controlen el marisco por si pudiera haber resultado contaminado.