La sede del Partido Popular de la calle Génova será historia. Así lo anunció el presidente del PP Pablo Casado en el Comité Ejecutivo Nacional celebrado este martes para analizar el mal resultado de las elecciones catalanas del 14 de febrero. El edifico de la calle Génova tiene 9 plantas y 10.000 metros cuadrados, además de 4 plantas de aparcamiento. Es la sede del PP desde hace 38 años, anque fue comprado por el partido hace 15 años a Mapfre por 39 millones de euros a través de un préstamo que acabarían de pagar en 2036. Según publicó el 2019 un diario digital, faltarían más de 12 millones de euros por abonar de ese préstamo. Un inmueble marcado por la corrupción y por su reforma, de la que se celebra el juicio estos días, por haber sido presuntamente pagada con el dinero de la caja B del partido.
Los populares podrían venderlo por entre 36 y 55 millones de euros según las valoraciones de distintos expertos inmobiliarios. También estaría la opción de alquilarlo, en ese caso el precio de esta zona privilegiada de Madrid el partido podría obtener entre 140.000 y 160.000 euros al mes. Aun así, por el momento, habría poco interés por alguna empresa o particular por adquirir el edificio que dependiendo del uso al que se fuera a destinar necesitaría volver a ser reformado.
Abandonar la sede de Génova busca dejar atrás los fantasmas de la corrupción, pero también sanear sus cuentas tras la pérdida de apoyo electoral que ha mermado en los últimos años los ingresos del PP. Antes del anuncio realizado por Pablo Casado muy pocos de sus colaboradores más estrechos conocían que la decisión estaba ya tomada. Tampoco los barones y altos cargos del PP donde la noticia ha causado esfupefacción a pesar de que en público mantengan su silencio y su apoyo al presidente. En esa línea han respondido a preguntas de los periodistas el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo y el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que consideran que es una decisión que corresponde al presidente del partido y que por tanto respetan.
Las voces que critican esta decisión recuerdan que contradice la posición del propio Pablo Casado en 2018 cuando aseguró que la solución a los problemas del PP "no es pintar el logotipo o mudarse al edificio de enfrente". Se suman al cambio de criterio de los últimos días sobre la gestión de las direcciones pasadas del partido. Especialmente hirientes fueron las declaraciones en RAC1 en plena campaña electoral catalana cuando aseguró que no estuvo de acuerdo en la forma en la que el gobierno de Mariano Rajoy gestionó el referéndum ilegal del 1 de octubre.
Este miércoles el portavoz del PP, José Luis Martínez Almeida, ha confirmado que se está buscando una nueva sede aunque no se haya marcado ningún plazo para un traslado porque todavía no hay un edificio. Explica que "es un edificio que está en una situación judicial y por tanto entendemos que no es lo que procede continuar en esta sede". La salida del PP de la calle Génova supondrá el cierre de casi cuatro décadas de historia de esta formación política y terminará con la imagen tradicional de las victorias electorales en el balcón de la sede donde vimos botar a Mariano Rajoy y las grandes celebraciones en los triunfos de la era de José María Aznar.