No es un trastorno extraño. Es mucho más común de lo que nos imaginamos. Sobre todo a partir de una cierta edad. Muchas personas tienen disfagia, problemas en la deglución, y ni siquiera lo saben. Tienen dificultad con el tránsito de alimentos desde la cavidad oral hasta la faringe. De hecho, es una de las causas que provoca neumonía por aspiración, una patología que en algunos casos deriva al paciente a la UVI del hospital. Otra consecuencia es la desnutrición o la deshidratación.
La disfagia afecta, sobre todo, a personas con enfermedades neurológicas, con demenciaas o trastornos neurodegenerativos. Pero también a niños. En esta unidad evalúan y tratan a bebés que han sido prematuros y que no saben succionar porque desde su nacimiento se les ha alimentado artificalmente. Aquí se encargan de su rehabilitación.
Y se encarga un equipo multidisciplinar que abarca distintas especialidades: otorrinolaringólogos, endocrinólogos, rehabilitadores, logopedas, expertos en el aparato digestivo y radiólogos. Diferentes profesionales sanitarios que valoran la eficacia y seguridad de la deglución del paciente afectado y que sugieren qué aporte nutricional necesita.
La del Hospital Clínico de Salamanca es la única unidad que existe en Castilla y León. Eso significa que allí son derivados pacientes de toda la región. En esta unidad utilizan diferentes tecnologías para observar a cada paciente, pero hay un aparato que llama especialmente la atención. Es un videoendoscopio.
A través del videoendoscopio el especialista puede ver cómo traga el paciente. A éste se le introduce en la boca, mediante una jeringuilla, un líquido. Agua, néctar o puré. Distintas densidades bajo distintos colores para diferenciarlos mejor. Mediante una pequeña cámara introducida por la nariz se ve todo el proceso.
Según el coordinador de esta unidad de disfagia, el doctor Ángel Muñoz, "si en todos los hospitales hubiera unidades como ésta se evitarían muchas neumonías por aspiración que vienen a urgencias periódicamente y repetidas veces".