Saltaba el cinco inicial del Unión Financiera Oviedo a la pista con Edu Hernández-Sonseca dirigiéndose a las gradas para pedir presión ya desde el mismo salto inicial. Una imagen que parecía querer anticipar el carácter con el que su equipo iba iniciar el partido en una tarde de domingo en la que los ovetenses fueron los principales protagonistas del juego durante sus primeros compases. Con Dani Pérez sumando desde la dirección (4p) y Mouhamed Barro aportando solidez en la pintura, los ovetenses firmaron un buen inicio en el que incluso el pívot madrileño se permitió el lujo de poder pasearse por el perímetro para anotar su primer lanzamiento exterior (13-6). No tardó el técnico visitante Sergio García en parar el partido con su primer tiempo muerto de un encuentro en el que su Quesos Cerrato Palencia pareció experimentar una cierta mejoría tras atender a las explicaciones de su pizarra. Eso sí, para entonces el Unión Financiera Oviedo había logrado ya una cómoda renta con la que se llegó al final del primer cuarto (19-12). Mejoró en defensa el conjunto castellano tras el primer entreacto frenando de este modo el acierto de un Unión Financiera que comenzaba a tener algunos problemas a la hora de anticiparse a las líneas de pase rivales. Con el partido tornando a un choque estático, los de casa vieron como su rival les daba muy pronto caza en un marcador que comenzaba a comprimirse (22-22). Agustí Sans trataba de volver a los orígenes con un triple a tabla desde más allá del 6,75 pero Dani Rodríguez recogió el guarte y no tardó en responder para que el duelo llegara igualado al descanso presagiando un nuevo final de esos a cara o cruz (30-30).
Y así se ratificó con el comienzo de una segunda parte en la que ambos equipos intercambiaron un golpe tras otro desde la media distancia con alguna irrupción concreta desde más allá de un 6.75 en el que Romà Bas probó fortuna para desatascar la sequía inicial (33-35). Con cinco puntos consecutivos, Marc Blanch obligó a Carles Marco a parar el partido y, a partir de ese momento, la historia pareció cambiar para los asturianos (38-42). Mucho más intensos en defensa, los de casa lograron igualar el partido primero decantándolo a su favor temporalmente sobre la bocina de un tercer cuarto cerrado con un certero triple de Hernández-Sonseca (51-47). El lanzamiento del madrileño pareció dar a los suyos el último impulso de un choque en el que Víctor Pérez se sumó a la fiesta exterior invirtiendo definitivamente la suerte de su equipo antes de afrontar unos últimos compases en los que ya todo fue rodado. Al Quesos Cerrato comenzó a temblarle el pulso y la victoria terminó por quedarse en casa para igualar a uno la serie antes de viajar a Palencia (74-68 / 1-1).