"La minería extractiva siempre genera polémica. Cuando se abre una mina y cuando se cierra". De esta manera argumenta Javier Colilla, vicepresidente de Berkeley Minera España, el revuelo que ha generado su desembargo en Retortillo, Salamanca.
La compañía tiene pensando empezar en abril las obras de las instalaciones de la mina de uranio. Unas obras que durarán al menos 18 meses. Para este proyecto han comprado 500 hectáreas de terrerno. Según Colilla "todos los propietarios han vendido porque han querido, las compras las hemos hecho mediante acuerdos amistosos". Y según el valor, añade, aportado por una empresa externa.
El Consejo de Seguridad Nuclear aprobado un estudio analítico radiológico. Un análisis de cuál sería el impacto de la radiación en los trabajadores y la población. "La exposición a la radiación de un trabajador, durante un año de trabajo", explica el vicepresidente de Berkeley, "es la misma a la que se expone un ciudadano cuando se hace una radiografía de tórax".
Cuando esté a su máximo rendimiento, la mina pretende abastacer a todas las centrales nucleares de España, o bien al 10% de las centrales europeas.
En Castilla y León la Estrategia de Recursos Minerales está pendiente de aprobación. La Unión Europea le ha aconsejado a nuestra comunidad de disponer de minería extractiva propia. "Ya se están investigando materias primas como el volframio y la magnesita", cuenta el Director General de Energía y Minas.
Según Ricardo González Mantero, en las que existe una mayor riqueza de volframio son en las explotaciones de Los Santos, en Salamanca; Barruecopardo, también en esta provincia, cerrada en los años 80 y ahora iniciando un nuevo período de explotación; y en fase de investigación está el proyecto de Valtreixal, en Zamora.
También hay empresas que han demostrado su interés en el cobalto y su presencia en León o la magnesita, cuya extracción es nueva en Borobia, en la provincia de Soria.