Los ayuntamientos consiguen rascar unos cuantos votos con las obras. Eso sí, si las terminan y cumplen sus promesas porque algunas no llegarán a tiempo para que puedan ser inauguradas.
Aunque no será porque no lo han intentado. Porque en los últimos días, las agendas han estado más que apretadas y no solo para los candidatos.
Algunos proyectos estaban previstos para cortar la cinta, pero por retrasos se ha tenido que dar marcha atrás. Otros, en cambio, han llegado al límite. Es el caso del Palacio de Justicia de Segovia, que será una de las obras más destacadas que será inaugurada.
A partir de mañana, tras la firma del Real Decreto por parte de Felipe VI, entramos en fase de convocatoria. O lo que es lo mismo, que la ley electoral prohíbe inaugurar obras hasta el fin de las elecciones.
Tampoco se permiten actos ni declaraciones electoralistas hasta el 12 de mayo con el inicio de la campaña.
Sí se puede, en cambio, informar del avance o visitar la zona. En proyectos conjuntos existe un vacío. Se puede inaugurar pero sin representación municipal.
"Quien hace la ley, hace la trampa. Siempre y cuando este ligado a las instituciones y no a los partidos sí que se podría hacer esas inauguraciones", explica Alicia Gil, consultora en comunicación política.
También está permitido su uso porque la norma dice que no se puede inaugurar pero sí se puede hacer uso una vez finalizada la obra.
Cerca de este punto podrían estar proyectos como el Centro de Innovación y Desarrollo Empresarial de Segovia, la remodelación del colegio El Pradillo de Ávila o el nuevo Centro de Artes escénicas de Palencia.
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