Todos hemos recibido alguna vez la típica cadena en Whatsapp, Facebook o Telegram. También bulos políticos. Cuidado, porque a partir de ahora, esas desinformaciones se van a multiplicar con la llegada de las elecciones municipales y, posteriormente, las generales. 

Los grupos tratan de diversificar la estrategia y la manipulación es, desde siempre, parte de la comunicación. Esta desinformación no procede tanto desde las cúpulas de los partidos, sino de la militancia, que tienen capacidad de crear contenido y no tienen que pasar tantos filtros. Aunque se esperan más informaciones falsas a partir de las próximas semanas, los expertos descartan que sea una línea eficaz para conseguir votos del contrario.

"Es muy difícil que las campañas estén tan bien hechas que convenzan a los adversarios. Por el momento, la mayor parte de este tipo de campañas tienen un componente bastante burdo, bastante fácil de percibir sobre todo para quien mira desde otro lado", comenta el sociólogo Miguel Vicente director del departamento de Sociología de la Universidad de Valladolid.

Desde Maldita.es lo tienen claro: todos somos susceptibles de ser víctimas de un bulo. La recomendación sería ser críticos, evaluar y revisar el origen de la información. "Y sobre todo pensar, qué quieren de nosotros", advierte Andrés Jiménez, coordinador de Maldito Bulo.

Para no caer en la trampa, es importante contrastar las fuentes y no difundir. Aunque una vez que empieza es difícil que se frene. En Maldita.es recomiendan que el personaje público implicado salga cuanto antes a desmentirlo porque dejarlo pasar no funciona. 

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