Desbloquear los teléfonos móviles con nuestro dedo es un gesto ya habitual. La información de nuestra huella dactilar está ahí. Es a lo que se llama datos biométricos. El problema llega cuando en la redes sociales no piden permiso sobre el uso de esta información.
Ramón de la Rosa, profesor de Telecomunicaciones de la Universidad de Valladolid nos lo explica. "Identificar los puntos principales de la cara, la separación de los ojos , la nariz, la boca, los labios, cómo está organizada la cara . Eso podría servir si aparecen fotos que no se sabe si una persona está allí con la visión artificial de una máquina o algoritmo se averigue si en una de esas fotos estás.'
Unos datos que podrían ser vendidos para sacar beneficios. "El reconocimiento biométrico y demás permite definir a las personas y en el caso de las compañías es una manera de que eso que no nos cobra a nosotros por cobrar sus servicios cobrarselo a otras personas u otras empresas por publicidad.'
Por eso los expertos aconsejan tener especial cuidado con los datos que damos porque uno de los peligros es la suplantación de personalidad. Algo que parece de película no es tan difícil porque ya hay estudios que ponen sobre la mesa que a través de una simple fotografía se puede copiar la huella dactilar.