Castilla y León Televisión
Ernesto Monsalve habla esta semana de la compositora Marianne Von Martínez, una española nacida en Viena. La ciudad despertó pronto su afición por la música y comenzó a escribir sonatas para piano.
Marianne se convirtió en una excelente compositora y en una formidable pianista, en gran parte porque su padre, Nicolás Martínez, consiguió un piso en Viena en el que tenía vecinos como Franz Joseph Haydn o Pietro Metastasio, uno de los escritores más importantes de la historia de Italia. Con estos vecinos no era de extrañar que se celebrasen tertulias dominicales, a las que acudieron personajes como Beethoven, Salieri e incluso Mozart, quien conoció a Marianne Von Martínez. Para ella y estas tertulias compuso sus sonatas para dos pianos, que interpretaba junto a la española.
De Marianne decían que atraía la atención con su maravillosa voz y forma de tocar el teclado, por eso no sorprende que la emperatriz María Teresa, una feminista en su tiempo, reclamara su presencia y tampoco que la condición de mujer, que era algo que a veces pesaba en otras mujeres en ese momento, no le impidiera hacerse un hueco en el mundo de la música.
Su obra fue muy extensa, con 200 composiciones que incluyen misas, música instrumental, obras para piano y cuatro cantatas escénicas escritas por Metastasio. Él, que era sacerdote, la tomó como una protegida y le dejó su herencia para que pudiera continuar su carrera sin necesidad de unirse a un hombre. Gracias a esa fortuna, Marianne Martínez se convirtió en una de las promotoras y principal patrocinadora de la Escuela de Canto de Viena.
Recibió un título aristocrático, fue nombrada doctor honoris causa por la Universidad de Padua y miembro de honor de la Academia Filarmónica de Bolonia. Murió en 1812, a los 68 años, en la ciudad que la vio nacer.