Miguel Delibes era un amante de la naturaleza y de la caza, a la que dedicó varias de sus obras. En la semana en la que celebramos 100 años del escritor, releemos 'Diario de un cazador' junto a su biógrafo, Ramón García. Para Delibes, la caza era una parte esencial de su vida. Se definía como un cazador que escribe. Decía él: "Cuando yo salgo al campo a cazar perdices, a la par cazo a la vez algún que otro libro". Y así cazó una decena de obras donde esta relación con el campo es protagonista. La novela 'Diario de un cazador', Premio Nacional de Narrativa, enseña la pasión de Lorenzo por la caza, muy similar a la que sentía Delibes.
Las obras sobre caza y las referencias a la caza son constantes en la trayectoria de Delibes. Una afición por la que ha sido criticado por los ecologistas que no entendían que un amante confeso de la naturaleza disfrutara con la caza. Pero para Delibes no existía esa contradicción. Consideraba que el hombre es cazador desde el principio y el equilibrio ecológico nunca se dió tan puro como en el hombre primitivo. Se sentía proteccionista, incluso pensó en hacerse de Greenpeace:"Lo dijo, lo llegó a decir. Dijo: admiro a esta gente" subraya Ramón García. Aunque no comprendería el activismo animalista agresivo que se practica en la actualidad. "Los movimientos exacerbados del animalismo y de tal. Pues él no entraba en eso", explica su biógrafo.
Ya en 1978, en una entrevista, confesó que Lorenzo tendría entonces muy díficil subsitir. Se las habría arreglado, imaginaba Delibes, para tener un pequeño coto al que ir cada fin de semana.