Carla no se imagina la sorpresa que le espera en Anduva. Junto a su madre, Natalia, ve los últimos minutos del entrenamiento del Mirandés. Sueña con ser futbolista profesional y, algún día, poder dedicarse en cuerpo y alma a su gran pasión.
Porque el fútbol es su gran "ilusión", el motor de sus días, y lo que le dio fuerza, también, en la época más complicada de su vida. Esta joven de Miranda de Ebro fue diagnosticada con leucemia cuando tan solo tenía cinco años. Empezó así un camino que duró dos años, con tratamientos, primero en el hospital y, después, en casa.
Carla y su madre recuerdan cómo el deporte se convirtió en una vía de escape. "Cuando estaba mala, me hicieron una pancarta que ponía 'Ánimo, Carla' y salió en un partido del Mirandés", recuerda. Imposible olvidar las visitas de los jugadores del Athletic Club, que hacían las delicias de todos los niños hospitalizados. "Es muy importante porque estás encerrada en el hospital, pero ves que alguien está haciendo algo por tu hijo", explica Natalia.
Quienes hoy le dan su reconocimiento son los jugadores del Mirandés, el club del que es una gran aficionada. Barbu, el capitán jabato, es el encargado de entregarle una camiseta con su nombre y su dorsal. Porque Carla se ha convertido en todo un "ejemplo" para los niños que, como ella, han sido diagnosticados con cáncer. Desde 2018, unos 200, según la Fundación Unoentrecienmil.
Para ellos, un mensaje: "Que confíen mucho y que no decaigan, que seguro que todo sale genial". Además, durante el fin de semana del 17 y 18 de febrero, la Real Federación de Castilla y León de Fútbol organizó una jornada de fútbol solidario, en la que lo recaudado con los goles de los equipos se destinó a la investigación.
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