La exportación es fundamental para algunas denominaciones de origen como la de Ribera del Duero. México supone el 10% de su comercio exterior y todo comenzó décadas atrás cuando una familia de asturianos que emigraron al país azteca decidieron apostar por la Ribera.
En los años 50, Gumersindo Ruiz emigró a México. Adquirió una tienda en el centro de la ciudad y desde allí fue pionero en promocionar los vinos españoles. Fue creciendo y ahora su hijo José Ramón dirige la empresa líder en importación y distribución de vinos de calidad, con más de 3.000 referencias. Pero la Ribera siempre ha sido especial, llevan tres décadas siendo sus embajadores en el país y el éxito está garantizado. "Es un amor mutuo entre los mexicanos y la Ribera, nos encanta", asegura José Ramón.
Por eso, hace 8 años decidió apostar por ella creando una bodega, Tr3smanos, con 12 socios mexicanos. Se ha convertido en un punto de encuentro para turistas y expertos. México es uno de los principales mercados de esta denominación de origen, es el destino final del 10% de sus caldos.