FÚTBOL | LIGA 1|2|3

La falta de gol condena al Pucela en Oviedo

El equipo de Paco Herrera merece más en el Carlos Tartiere, pero su falta de efectividad le priva de encadenar su tercera victoria seguida (1-0)

Fran Asensio

El Real Valladolid no pudo encadenar su tercera victoria consecutiva en LaLiga y perdió por 1-0 ante el Real Oviedo, curiosamente en uno de sus mejores partidos fuera de casa en la presente temporada. El encuentro fue dinámico, intenso y con buen fútbol en muchas fases a pesar del mal estado del terreno de juego.

El Real Valladolid se dejó un punto en el Tartiere en la fría tarde ovetense, de la misma forma que el Real Oviedo tuvo fútbol en Zorrilla para haberse llevado un punto de Valladolid en la calurosa noche de agosto en la que comenzó LaLiga.

En la primera vuelta, el gol de Jose –esta tarde suplente hasta el minuto 86- pasado el primer cuarto de hora de juego, decidió la victoria blanquivioleta aunque después el Real Oviedo apretó mucho y dispuso de buenas ocasiones para empatar en remates de Toché que frenó Becerra.

Esta tarde la historia se repitió, pero a favor del Real Oviedo, que marcó en una buena combinación entre Susaeta, Linares y Toché en el minuto 15, y plegó velas ante las intentonas del Pucela por empatar.

El acoso vallisoletano fue abrumador en el último cuarto de hora antes del descanso, cuando el gol del Pucela se veía venir. Sólo en los últimos 10 minutos de esa primera mitad el Real Valladolid generó hasta cuatro buenos remates que no acabaron en las mallas de Juan Carlos unas veces porque se fueron cerca de los palos y otras porque el arquero asturiano estuvo inspirado.

En la segunda mitad, el Real Valladolid siguió dominando el partido, pero el Real Oviedo, cada vez más entregado en labores defensivas, consiguió achicar el chaparrón que se le venía encima. En esa virtud, el equipo de Fernando Hierro encontró la recompensa de los tres puntos.

Paco Herrera buscó más profundidad con la entrada de Raúl de Tomás por Mata y de Ángel por Balbi en el lateral izquierdo, pero esta vez el banquillo no pudo meter una marcha más al partido.

El Real Oviedo hizo bien su trabajo, incluido el de perder tiempo siempre que pudo –los locales vieron hasta tres amarillas por ello- y acabó por desesperar en los últimos minutos al Real Valladolid, que dispuso del algún disparo para forzar las tablas, pero que tuvo que acabar hincando la rodilla en el Tartiere.