El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha exigido a todas las fuerzas políticas griegas, y en particular a la oposición conservadora, que respalden en el parlamento el plan de ajuste y privatizaciones pactado por el Gobierno de Atenas con la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI) y ha insistido que "no hay alternativa" ni "plan B".
La UE ha condicionado el desbloqueo de la ayuda de emergencia de 12.000 millones de euros que necesita Grecia para no suspender pagos en verano a que el parlamento apruebe el plan de ajuste. La votación está prevista para la semana que viene.
"Grecia vive un momento extremadamente crítico, un momento excepcional. Y en un momento excepcional se necesita un coraje excepcional por parte de todos. La responsabilidad en democracia no corresponde sólo al Gobierno. La oposición, especialmente el mayor partido de la oposición, tiene también una parte de responsabilidad", ha dicho Barroso en rueda de prensa.
"Por ello lanzo un nuevo llamamiento muy vehemente para que haya un esfuerzo de consenso nacional en Grecia, para que haya credibilidad en las reformas", ha insistido.
"No hay alternativa. Si alguien piensa que sin el programa negociado con la UE y el FMI se podrá encontrar otra cosa o que hay un plan B, es falso. La UE y el FMI no aprobarán otro programa", ha zanjado Barroso. A su juicio, una solución basada en el aumento del gasto público sería una "receta para el desastre".
El presidente de la Comisión ha reclamado además al resto de Estados miembros "solidaridad" con Atenas porque está en juego la estabilidad de la eurozona. "Una crisis importante en Grecia sería también una crisis importante en Europa", ha insistido. Y ha recordado el impacto global que tuvo la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers en 2008.
Barroso ha respaldado que los bancos privados participen en el segundo rescate de Grecia "siempre que ello no equivalga a un impago, incluso aunque sea selectivo, y se haga en plena armonía con el Banco Central Europeo". Pero ha dejado claro que "incluso si por un milagro toda la deuda de Grecia desapareciera mañana, el problema no se habría resuelto" porque Atenas tiene un problema de "déficit estructural" que sólo puede corregirse con reformas.
Fondos estructurales
El presidente de la Comisión ha anunciado además que pedirá a los líderes europeos durante la cumbre que celebran el jueves y el viernes en Bruselas que ofrezcan a Grecia más facilidades para acceder a los 1.000 millones de euros de fondos estructurales europeos que le corresponden de aquí a 2013.
Se trata de "mostrar a griegos que hay esperanza, soluciones al final de este camino", ha defendido Barroso. Las facilidades consistirían en adelantar parte de los fondos y prestar "asistencia técnica" a Atenas para que los gaste mejor para mejorar la competitividad y el empleo.
No obstante, Barroso no ha hablado de la posibilidad de dispensar a Grecia de la obligación de cofinanciar estos proyectos, tal y como había sugerido el fin de semana el presidente del Eurogrupo, Jean-Claude Juncker.