Cinco de los 52 presos políticos que liberará el régimen castrista vendrán de forma inminente a España. El resto abandonará la isla según salgan de la cárcel en un plazo de cuatro meses y lo harán también a través de nuestro país, aunque no significa reciban todos asilo en él, si no que lo utilizarán como puerta de salida para desplazarse después a otros estados. No obstante, el ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos les ha ofrecido la posibilidad de que se queden en suelo español.
Colaboración de la Iglesia cubana
Moratinos lo ha hecho desde la Habana, donde esta semana ha finalizado con éxito las presiones de la posición común de la Unión Europea hacia el régimen cubano para la liberación de disidentes, especialmente los del llamado "Grupo de los 75", una serie de opositores encarcelados en 2003 en una ola de represiones y a los que se acusó de conspirar bajo el auspicio de Estados Unidos. Para esta labor, ha contado con la colaboración de la Iglesia cubana, cuyo papel en las negociaciones ha alcanzado grandes logros como la liberación del disidente Ariel Sigler por motivos de salud el pasado 12 de junio.
Reunión con Raúl Castro
El anuncio de la puesta en libertad progresiva de los 52 presos se ha producido mientras Moratinos se encontraba reunido con el presidente cubano Raúl Castro y el arzobispo de La Habana, el cardenal Jaime Ortega. Ha sido la archidiócesis cubana la encargada de dar la buena nueva, en lo que varios analistas internacionales ven una maniobra de la cúpula castrista para evitar transmitir la percepción de que se han plegado a las exigencias de las potencias europeas.
Independientemente del mensajero, tanto el ministro de Exteriores como el arzobispo Ortega se han mostrado satisfechos por el resultado. "Supone la nueva voluntad del gobierno cubano, del presidente Castro, de zanjar definitivamente este capítulo, esta situación de los denominados presos políticos, y empezar una nueva etapa", ha señalado Moratinos.
Escepticismo en la disidencia
Las Damas de Blanco y otras organizaciones pro derechos humanos han recibido con alegría la noticia, aunque con ciertas reticencias. "Creo que estamos llamando a las puertas del cambio, de un cambio sustancial", asegura Laura Pollan, esposa del preso político Héctor Maceda. Otros se muestran más escépticos con el anuncio del régimen. Entre ellos, el portavoz de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional y antiguo preso político Elizardo Sánchez. "Lo que estamos viendo es que al menos cinco deben marcharse a España con sus familias, esto significa cambiar la prisión por el destierro", sentencia.