El decreto de ahorro energético obliga a instalar puertas automáticas antes de octubre y quien tiene que proveer a comercios y bares de ese producto se está enfrentando a varios problemas. El decreto se ha aprobado en el peor momento posible para los instaladores porque a los problemas de materiales que venían arrastrando, se suma ahora que muchos proveedores están de vacaciones.
El teléfono de los instaladores no deja de sonar. El tiempo apremia. Las puertas con cierre automático deben estar listas antes del 30 de septiembre y hay muchos establecimientos pidiendo presupuestos. Pero advierten: si lo tienen que hacer, que lo pidan cuanto antes, porque en plazos normales suelen tardarse tres semanas, y si no lo han pedido ya será muy complicado tenerlas a tiempo para cumplir el decreto.
La normativa habla de dos mecanismos: o un brazo que se instale en las puertas del local o hacer una puerta automática nueva. Y es en esta última donde puede haber más problemas. Algunos proveedores tienen plazos de entrega más largos, y otros directamente no están trabajando porque el decreto se ha aprobado en pleno mes de agosto, coincidiendo con el cierre por vacaciones de muchas empresas.
Por si fuera poco, algunas puertas necesitan una licencia de obra para instalarse, lo que requiere una licencia que tiene que expedir el ayuntamiento. Esto puede alargar todavía más la instalación.
Temen un embudo de peticiones partir del 1 de septiembre, cuando se reactive la actividad comercial y cuando se den más detalles de cómo será la ayuda que anunció la Junta para este tipo de instalaciones.
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