Las navidades son la época del año en la que más. El uso de las tarjetas de crédito se ha disparado después de la pandemia. Los españoles tiramos de tarjeta y llevamos poco dinero encima. En 2021 solo el 4% de los pagos se hizo así, con monedas y billetes.
Olvídense de llevar billetes encima. Ya podemos pagar con nuestro rostro. Por ejemplo, los préstamos de Crédit Agricóle en España utilizan esta tecnología creada por la española Facephi. En algunos países como en Suecia está tan desaparecido que hasta los mendigos tienen lectores de tarjeta. Y la tendencia es que hasta los datáfonos desaparezcan. Por eso surgen opciones como Diveep, una solución innovadora para cobrar con el teléfono móvil, de manera que el negocio no necesita TPV, ahorrándose comisiones bancarias, o el propio peso o posibles fallos de cobertura del aparato. Lo ha creado el neobanco español Divilo y Visa.
Y hay negocios que ya puedan cobrar online incluso sin tener tienda digital. En PayNoPain facilitan que los autónomos puedan enviar un link, un enlace a través del cual sus clientes efectúan el pago.
Con la nueva ley del consumidor nuestros datos personales se han convertido en moneda de cambio. La Ley reconoce el valor económico de nuestra información cuando nos registramos en aplicaciones que parecen gratuitas.