Desde hace diez años, hay más denuncias por malos tratos pero el número de asesinatos no disminuye. El número de denuncias se ha multiplicado por diez, al pasar de 13.000 a 130.000. Sin embargo, las muertes por violencia de género se mantienen. Son 39 en lo que va de año en España. 6 en Castilla y León.
Un trabajo realizado por el profesor Javier G. Fernández Teruelo, catedrático de Derecho Penal de la Universidad de Oviedo, adviernte de que el actual sistema de prevención en violencia de género no logra evitar los asesinatos. Y esto sucede, añade porque el agresor tienen un pefil claro, no teme las consecuencias penales. "El agresor de género que está dispuesta a matar es un sujeto que no se ve condicionado con aquello que lo amenacemos, la mejor prueba es que una parte se suicida o lo intenta y el resto se entrega a las autoridades".
El anuncio de ruptura se repite en cada historia de violencia extrema, como en la pareja de León. En el 73 por ciento de los casos, había separación y no había denuncia. "El sujeto no está a soportar que se produzca esa ruptura, su vida está condicionada por esa relación, no lo supera y a partir de ahí, ese momento de riesgo debe ser identificado, debe ser gestionado y la víctima debe ser protegida.", explica el profesor responsable del estudio.
Sólo una de las 6 vícitmas mortales de Castilla y León de este año puso una denuncia y al final la retiró. Según el estudio incide en que el sistema de detección de situaciones de riesgo falla. No discrimina los casos de riesgo extremo. Y propone cuatro medidas para esos casos, los más complicados. Por ejemplo, porpuestas relacionadas con la potección, aunque no exista denuncia previa, pero también con la discriminación de riesgos, la gestión de los procesos de separación y con la auditoría de los fallos del sistema.