Un número indeterminado de soldados del Ejército libio que se encontraban combatiendo para arrebatar a los rebeldes el control de la ciudad de Misrata, a 200 kilómetros al este de Trípoli, han desertado y se han unido a ellos, según ha informado un portavoz de los rebeldes.
Según esta misma fuente, las fuerzas leales al líder libio, Muamar Gadafi, han intentado retomar el control de dicha localidad a primeras horas del sábado, pero han fracasado en el intento. La Brigada 32, comandada por el hijo de Gadafi Jamis, ha conseguido avanzar sus líneas, pero su avance ha sido obstaculizado por una sublevación.
"Por la mañana hubo una reunión de las fuerzas leales a Gadafi, con el objetivo aparente de atacar la ciudad, pero Dios la ha protegido. Hubo algunas discrepancias dentro de la Brigada de Jamis," ha afirmado dicho portavoz de los rebeldes.
"Tenemos conocimientos de varios soldados que desertaron después de la discusión. Se han unido a los rebeldes y han dicho que decenas de los miembros del batallón han expresado su negativa a matar civiles inocentes", ha agregado. "Algunos de ellos salieron corriendo, y más hubieran llegado con nosotros, pero fueron disparados por los leales a Gadafi", ha apostillado.
Por último, los rebeldes han asegurado que hay falta de medicinas y equipo médico y que no hay camino para poder entrar en la ciudad y reponer las existencias, pero que no hay escasez de alimentos.
A principios de la semana, las fuerzas progubernamentales recuperaron la ciudad de Zawiya, la única ciudad del oeste del país, junto con Misrata, que desafió abiertamente el mandato de Gadafi. El Gobierno libio ha señalado que los rebeldes son criminales o miembros de Al Qaeda, algo desmentido por los opositores, que han señalado que luchan por el cambio democrático.