La era de las telecomunicaciones no solo ha traído un cambio de paradigma en la manera de relacionarlos, también en la criminología. Todo lo que hacemos queda registrado en nuestros teléfonos móviles y eso es de gran utilidad para los investigadores a la hora de determinar si una persona ha cometido un crimen.
Hay muchos casos reales en los que las pruebas "digitales" han sido determinantes a la hora de señalar a alguien como presunto culpable. Es lo que ha ocurrido ahora con Óscar, el supuesto autor de la muerte de Esther López, la joven de Traspinedo (Valladolid) asesinada hace un año. La Guardia Civil le ha señalado a él en el informe entregado a la instructora del caso, aportando evidencias como el rastro que dejó el GPS de su vehículo o la triangulación de la señal telefónica en su smartphone.
Información muy valiosa
Los investigadores y expertos en ciberseguridad son conscientes de la valiosa información que puede aportar la tecnología cuando se trata de resolver un crimen porque la eliminación de pruebas "en un dispositivo móvil es complicada y requiere de un alto nivel técnico, por lo que un analista forense va a poder encontrarlas", explica Daniel Pérez, ingeniero especializado a CyLTV Noticias.
El Cuerpo Nacional de Policía siempre recurre a la huella digital en sus indagaciones. La subinspectora Laura Torralbo asegura a este informativo que el anonimato "detrás del que se esconden algunos criminales para delinquir" se está acabando porque "la Policía tiene herramientas para identificar esos perfiles". Ella es una de las responsables de redes sociales del Cuerpo y asegura que incluso a través de esas páginas acaban detectando determinados delitos.
"Es posible rastrear toda la actividad de un usuario"
Las grandes empresas de telefonía o los gigantes tecnológicos son los que almacenan los datos de cada usuario, unos datos que están muy protegidos, pero que pueden resolver un crimen. Accediendo a esa información "es posible rastrear toda la actividad que hace un usuario, incluso por dónde se ha movido, así que con todas las precauciones que haya podido tomar un presunto asesino, sabríamos dónde está", nos explica Daniel Pérez.
Debe intervenir la justicia
Hay una colisión de derechos cuando la defensa de la víctima quiere recurrir a los datos del dispositivo de un acusado, dado que este puede alegar la legítima privacidad de estos, por eso, debe intervenir la Justicia. "Se va a requerir una tutela judicial del juez instructor ante el conflicto entre los derechos de ambas partes", aclara a este medio Antonio Gómez de Olea, abogado y periodista, quien asegura, además, que las pruebas digitales no lo son todo y que, aunque vivamos ya en un mundo online, siguen siendo necesarios "otros indicios de criminalidad como por ejemplo los rastros de ADN" a la hora de incriminar a alguien.
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