MOTOR

Una década conduciendo vehículos eléctricos... y repetirán

Roberto se convirtió en 2011 en el primer taxista de toda España con un coche eléctrico. Hoy ya son muchos más conductores

Lidia Corral

En España hay actualmente 20.243 puntos de recarga públicos para vehículos eléctricos. A estas alturas, debería haber 45.000 puntos de carga, cerca del doble de los que hay instalados, y deberían alcanzarse los 91.000 en el 2025. Estamos lejos de niveles europeos. Hay 383 puntos de carga por cada millón de habitantes, mientras que en Francia la cifra es de 1.228, en Alemania de 1.053 y en Portugal de 745.

Lo ideal es que haya un punto de carga público por cada diez coches eléctricos, pero es que la cuota de coches electrificados, que incluye los híbridos, es ahora del 9,6% en España, muy inferior al 31,4% alcanzado por Alemania o al 21,7% tanto en Portugal como en Francia. Nuestro país cuenta en la actualidad con 99.139 vehículos, menos de la mitad del objetivo para 2023, que es de 190.000

Aun así, los puntos de recarga aumentaron exponencialmente en 2022. Hemos pasado de 14.000 a 21.000, aunque distribuidos de forma desigual entre comunidades y concentrados en grandes ciudades. Cataluña es la comunidad autónoma con más enchufes, con 4.955, por delante de los 2.537 de Madrid, los 2.308 de Valencia y los 2.274 de Andalucía. En Castilla y León tenemos hoy el doble de cargadores que hace un año. Somos la quinta comunidad del país con más enchufes, y a pesar de la escasez, los que apuestan por la movilidad eléctrica repetirían.

Es el caso de Roberto San José. En 2011 se convirtió en el primer taxista de toda España con un coche eléctrico. Por aquel entonces las cosas eran muy distintas, tuvo que rechazar algún servicio porque no podía cargar su vehículo. Ahora con la red actual puede hacer hasta 500 kilómetros al día. Tiene cargador en casa, reposta a la hora de comer y en caso de emergencia utiliza cargadores rápidos de la ciudad. Hace diariamente unos 250 kilómetros por las calles de Valladolid.

Laurentino Gutiérrez, delegado de la Asociación de Usuarios de Vehículo Eléctrico en Castilla y León, dio el paso hace una década. "Cuando compré el primer coche, no había nada. Recuerdo que iba con alargadera por las ventanas. Ahora ya no hay problema, hay multitud de puntos", afirma. Asegura que desde la asociación trabajan con ayuntamientos para que adopten políticas que favorezcan el uso de coches electrificados.

Ellos volverían a comprarse uno eléctrico, pero reclaman que sean más económicos y que siga creciendo la red para realizar viajes largos.

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