La Guardia Civil trabaja con tres métodos para identificar a los fallecidos indocumentados: "Sacamos nuestras impresiones necrodactilares del cadáver, que son las que vamos a tratar, el ADN que necesitamos, que lo estudia un departamento de biología y le hacemos un estudio odontológico".
Cuentan con una red compartida con el resto de cuerpos policiales del país que engloba todos los datos de los cadáveres sin identificar y las denuncias de las personas desaparecidas. De esta manera pueden cotejar datos y hacer cruces entre un cadáver sin identificar y las denuncias de desaparición. Además, España está dentro de un banco de datos internacional que recoge huellas dactilares, perfiles genéticos y datos sobre vehículos. "Eso lo que hace es que nos da una serie de candidatos y cada especialista tiene que comprobar si esa impresión que hemos metido ahí corresponde con esos candidatos que la base nos aporta". La fiabilidad de estas pruebas es del 99%, ya que las huellas dactilares son perennes, inmutables y no hay dos iguales.
Trabajan hasta un total esclarecimiento del caso: "La Guardia Civil no da por cerrado ningún caso de esta entidad o características, incluso en aquellos que el recorrido judicial o procesal esté agotado". En España hay más de 3.000 cadáveres sin identificar.
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