Hoy ha rodado por primera vez, tras 4 años de estudio, el primer coche autónomo en nivel 4 desarrollado íntegramente en Castilla y León. Se mueve gracias a un GPS y cartas de navegación. Lo ha hecho por las calles de Ávila. Pero estas novedades abren las puertas a todo un abanico de peligros. Los ciberdelincuentes siguen de cerca los avances en los vehículos conectados para poder dirigir sus ataques. En 2024 todos los vehículos deberán contar con un certificado que garantice que es ciberseguro.
En 2015 dos informáticos estadounidenses demostraron que un coche podía ser controlado en remoto sin autorización. Tomaron el control de un Jeep y lo hackearon a distancia, desde el volante, los cierres y los pedales: lo sacaron de la carretera en una prueba controlada. Pero esto marcó un antes y un después: "Se vio que había que cambiar el paradigma de cómo se estaba gestionando la ciberseguridad", asegura Carlos Busnadiego, responsable de Productos y Procesos de Automoción en GMV y socio del Clúster de Ciberseguridad de Castilla y León (AEI).
Ahora la ciberseguridad está presente en todos los pasos, desde el diseño hasta el desarrollo. El sistema de acceso sin llave es el que más ataques sufre, pero las posibilidades se multiplican: desde ataques a los servidores, hasta el control del motor. Ante esto, la legislación avanza en la Unión Europa y ya se exige a las empresas un sistema de monitorización de amenazas potenciales y futuras, y que se les dé soluciones. "Y al igual que ocurre con un sistema operativo, se generará un parche que se irá actualizando con el vehículo", afirma.
En 2024 todos deberán contar con un certificado de ciberseguridad para comercializarse en Europa.
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